
¿Cuándo? – ¿Para qué?
La culpa es una emoción y a pesar de que solemos asignarle un valor negativo, ninguna emoción es negativa por sí misma.
La culpa es como toda emoción una especie de señal de alarma. Es como las luces del tablero de un auto. Que sea positiva o negativa depende de que hacemos con ella.
La emoción de la culpa aparece en nosotros como una señal que indica que hemos vulnerado alguna norma interna, viene a enseñarnos para que podamos corregir el comportamiento y restablecer el equilibrio, pero en lugar de escucharla, solemos intentar ignorarla o intentar controlarla, los que nos termina llevando al sufrimiento.
El psicólogo Norberto Levy nos explica que además de la norma hay dos aspectos “El culpador” y “el culpado”. La salida es que estos aspectos internos puedan conversar y ponerse de acuerdo.
Esta conversación requiere de un proceso interno que nos contacte con nuestra propia autenticidad.
¿Estás de acuerdo con estas afirmaciones? Te leo en los comentarios.